A tale in two languages! I had to change the names just a little bit for the sake of literary-ness, but the wanton, reckless unstoppable elf-slaughter totally happened.
Dolores, Queen of the Humans
Once upon a time, elves and dwarves walked the earth with humans. It was an age of myth, of monsters, and of magic. The races lived together in peace for 22 years before a cold fall day, in a forest bigger than any you've ever seen. In the forest, there was a cruel kingdom of elves named "The Kingdom of of the Twinkling Eagles" because the crown of the kingdom looked like an eagle. The evil prince of the Elves, Alano of the Berries, was admiring his forest with his knights when they heard the sound of axes cutting his trees. In a fit of fury, Alano drew his sword and ran towards the sound. When the prince and his escort arrived where the sound was, he saw that the woodcutters were haggard humans. With a bloodthirsty shout, Alano killed the peasants, attacked the nearby town, and when he believed he had killed everyone, he burned the town.
There was a young survivor named Dolores. She was living in the ruins for two days until a caravan of dwarves, with large, well-groomed beards, arrived with strong beer and rock goods to sell. One dwarf, who was known as Shorty the Sober, adopted Dolores and raised her as though she were a young dwarf. Every day, Dolores worked in the forges with her father, carried ores from the mines, spoke the language of the dwarves, ate cave mushrooms and cave fish, carved rocks, and fenced with the dwarven warriors. For twenty years, she lived in the underground fortress of the dwarves before she asked Chico "Why am I taller than the other dwarves? And why don't I have a silky beard like the dwarf women?"
With a heavy heart and fear for the future, Shorty told her "Because, my daughter, you're a human. I rescued you from a town that was destroyed by the prince of the elves and his brutal knights. With a cold smile, she swore that she would take revenge for the tragedy that happened to her town. Her father and her friends tried to stop her, but every time, Dolores told them that it was a question of honor and that she could not ignore her duties. At last, Shorty abandoned his efforts, went to his forge, and made armor and a sword of the best dwarven steel for his daughter.
Armed and armored, Dolores left with the dwarf traders to the human kingdom. A month passed before they saw human peasants. When she arrived at the grand city of the humans, she went alone to the castle to raise an army. To her surprise, the castle was desolated, with a layer of dust, spiderwebs, bloodstains, and broken elf-arrows. Confused, she asked an elder who was walking by what happened, and he told her that the elves had attacked the kingdom every year for the past twenty years without stopping. When she heard this, she was filled with fury and vengeance, and ran to the forest to burn it down.
Alano of the Berries saw the smoke from his throne of bones, and he sent his knights to investigate.
He waited for half a day, and when his knights didn't return with the head of the criminal, he went to see for himself.
Once again, he drew his sword in a fit of fury, ready to kill. Dolores was waiting for the prince to arrive, and when he arrived in a hurry, she split his head with a powerful blow with her sword.
With a shout of delight, Dolores reclaimed the Crown of Twinking Eagles. When she returned to the city, one of the inhabitants put the crown on her head while the others shouted "The elf king is dead! Long live the queen of the humans!" Free from the threat of the elves under the protection of Queen Dolores...
... the human empire prospered, and everyone lived happily ever after. The end!
Spanish:
Érase una vez, elvos y enanos caminaban la tierra con los humanos. Era una época de mitos, de monstruos y de magia. Las razas vivíeran juntas en paz por veintidós años hasta un día frió en otoño, en un bosque más grande de cualquier otro que has visto. En el bosque, había un reino cruel de elvos llamado “El Reino de las Águilas Brillantes” porque la corona del reino se parecía a una águila. El príncipe malvado de los elvos, Alano de las Bayas, estaba admirando su bosque con sus caballeros de arma cuándo oyó el sonido de hachas que estaban cortando sus arboles. En un arrebato de furia, Alano sacó su espada y corrió hacia el sonido. Cuando el príncipe y su escolta llegaron al lugar del sonido, el vio que los leñadores eran humanos demacrados. Con un grito sanguinario, Alano mató los campesinos, atacó el pueblo cercano, y cuando creyó que había matado a todos, quemó el pueblo.
Había una sobreviviente joven llamada Dolores. Ella estaba viviendo en las ruinas por dos días hasta que una caravana de enanos, con barbas muy largas y bien peinadas, llegaron con cerveza fuerte y baratijas hechas de roca para vender. Un enano, Chico el Sobrio, adoptó a Dolores y la crió como si fuese una enana joven. Todos los días, Dolores trabajaba en las fraguas con su padre, llevaba minerales de las minas, hablaba el lenguaje de los enanos, comía champiñónes y pescados de las cuevas, esculpía piedras, y hacia la esgrima con los guerreros de los enanos. Por veinte años, vivió en la fortaleza subterránea de los enanos hasta que le preguntó a Chico, “¿Porque soy mas alta que los otro enanos? ¿Y porque no tengo la barba sedosa como las mujeres enanas?”
Con un corazón pesado y miedo del futuro, Chico le dijo a ella “Porque, hija mia, eres humana. Te rescate de un pueblo que fue destruido por el príncipe de los elvos y sus caballeros brutales.” Con una sonrisa fría, ella juró que iba a vengarse por la pena que paso su pueblo. Su padre y sus amigos trataron de pararla, pero cada vez, Dolores les dijo que era una cuestión de honor, y que no podía ignorar su deber. Por fin, Chico abandonó sus esfuerzos, fue a su fragua, y fabricó armadura y un espada del mejor acero de los enanos para su hija.
Armada y blindada, Dolores salió con los enanos vendedores al reino de los humanos. Paso un mes hasta que ellos vieron campesinos humanos. Cuando llegaron a la ciudad grande de los humanos, Dolores fue sola al castillo para reclutar un ejército. Para su sorpresa, el castillo estaba desolado, con una capa de polvo, telas de araña, manchas de sangre y flechas rotas de elvos. Confundida, ella le pregunto a un anciano que estaba pasando que fue lo que paso, y el le dijo a Dolores que los elvos asaltaron el reino por los últimos veinte años sin parar. Cuando oyó eso, ella estaba llena de furia y venganza, y corrió al bosque para quemarlo.
Alano de las Bayas vio el humo desde su trono de huesos, y envió sus caballeros de arma para investigar. Esperó por un mediodía, y cuando los caballeros de arma no regresaron con la cabeza del criminal, fue para ver por sí mismo. Otra vez, Alano sacó su espada en un arrebato de furia, preparado para matar. Dolores estaba esperado a que llegara el príncipe, y cuando el llegó apresuradamente, ella escindió su cabeza con un golpe tremendo con su espada. Con un grito de gusto, Dolores reclamó la Corona de las Águilas Brillantes. Cuando ella regresó a la cuidad, uno de los habitantes le puso la corona en la cabeza de Dolores mientras los otros aclamaban “¡El rey de los elvos está muerto! ¡Viva la reina de los humanos!” Libre de la amenaza de los elvos bajo la protección de la Reina Dolores, el reino de los humanos prospero, y todos vivieron felices para siempre. ¡Colorín colorado, este cuento se ha acabado!